¿Cómo decides hacer una agencia de publicidad?

A lo mejor todo inicia por una insaciable búsqueda de satisfacción profesional. Esa, que vale más que el sueldo (sobre todo cuando eres un joven entusiasta de la creatividad y en la escuela de publicidad sentiste que estabas en el lugar indicado). Ese cliché que pensaste que no iba a pasar.

Incluso hablando con grandes profesionales -en comidas y entre vinos- salía el tema y todos compartían el sentimiento: “Hacer una agencia es un desafío que nadie quiere”.

Porque, claro: ¿cómo ir en contracorriente? Un negocio propio debería ir en la dirección del instinto más natural. Es decir, de verdad te tiene que fascinar lo que estás haciendo, porque, si no, qué sueño y qué ganas de que sean las 6 para hacer otra cosa.

Esa necesidad enorme de poder salirme del sistema fue lo que me invitó a vivir hoy de mi negocio, de mi agencia, del trabajo que logramos colaborando y creando. Dándole vida a las marcas y a sus estrategias. Dándole vida a nuestras ideas.

Realmente es el resultado del hambre y, si debo aclarar firmemente, es el hambre de muchas otras cosas que no son dinero. Es el hambre de verdaderamente vivir de lo que más te gusta hacer y CÓMO te gusta hacerlo. De dejar de sentirte ñoño por emocionarte, de dejar de sentirte perdido, de poder aprender y compartir conocimiento. Todo eso lo pude transformar en la idea de negocio que han tenido ya los millones, supongo (hay que preguntarle al de planning), que han tenido o tienen una agencia.

No tengas miedo de aprender, porque es algo que nunca dejas de hacer. Cuando crees que lo sabes todo... descubres que ahora te toca aprender a hacer un negocio.


Bienvenidos a “El camino”, nuestro blog en el que, más que escribirles lo grandioso que somos, queremos escribirles lo de carne hueso que somos y platicarles de nuestra experiencia, desde las ganas de ser reales y transmitir cómo pensamos.


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